Su recompensa será grande en el cielo

7301Views
Contenido

Es algo alegre recibir un premio. Aquellos que trabajan duro son premiados. Existen muchos tipos de premios en este mundo. ¿Cuántos premios más habrá en el infinito y vasto reino de los cielos?

La Biblia muchas veces menciona la recompensa. Está escrito que es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Todos los antepasados de la fe corrieron para la recompensa celestial. Noé creyó absolutamente en la palabra de Dios y construyó el arca. Por obedecer la palabra de Dios con fe, él y su familia fueron salvos cuando Dios juzgó al mundo con agua. Moisés estaba en una posición en la que podía disfrutar de una mayor gloria como hijo de la princesa de Faraón, pero escogió ser maltratado junto con el pueblo de Dios en lugar de disfrutar de los placeres temporales del pecado en el palacio egipcio. Fue porque esperaba con ansias la recompensa celestial que dura para siempre (He 11:6-26).

Todos serán recompensados cuando vayan al cielo. Habiendo preparado su recompensa, Dios dijo que pagará a cada uno según sean sus obras (Ap 22:12). Dios lo premiará por la obediencia como la de Noé y por la perseverancia como la de Moisés. Él también le dará un premio por la fe como la de Abraham, un premio por conocer el valor de las bendiciones como Jacob, un premio por la valentía como la de David y un premio por la sabiduría como la de Salomón. Un premio por ser guerrero como Gedeón, un premio por la fe determinada como la de los tres amigos de Daniel, un premio por el coraje como el de Josué, un premio por la lealtad como la de Pedro, un premio por la pasión como la del apóstol Pablo, un premio por los frutos, un premio por la humildad, un premio por la piedad, un premio por la consideración, un premio por el orden, un premio por la limpieza, un premio por el servicio, un premio por el amor, etc. Dios dará innumerables recompensas. Está escrito que nadie perderá su recompensa, aunque sirvan a los predicadores tan solo un vaso de agua fría. ¡Qué grande será la recompensa que Dios dará a los hijos de Sion que han trabajado con Él para el evangelio!

El Padre vino a esta tierra a buscar lo que se había perdido y siempre predicó el evangelio en cualquier circunstancia. Puesto que Dios es luz, como hijos de la luz, deben alumbrar el amor de Dios y la luz de la verdad sobre muchas personas para salvarlas. Si creen en Dios que recompensa y predican su palabra a tiempo y fuera de tiempo, escuchen o dejen de escuchar, serán recompensados (2 Ti 4:1-8). Si predican el evangelio del nuevo pacto, su alma que está destinada a ir al infierno recibirá la vida eterna e irá al cielo, y también recibirán la herencia celestial como el real sacerdocio. Todo lo que hagamos será recompensado en el cielo.

Por favor, recuerden dar gracias a Dios por permitirles hacer el trabajo realmente valioso e ir al cielo. Incluso después de haber recibido su primogenitura, Esaú despreció su valor y perdió su bendición, la cual fue dada a Jacob, que conocía su valor. Como Saúl descuidó la palabra de Dios, David, quien respetó y obedeció la palabra de Dios, recibió el trono como rey. Como primogénitos del cielo, no deben descuidar esta gran bendición, sino correr en la dirección en la que el Padre quiere que vayan y seguir la ley de Dios, para que puedan recibir la corona del cielo (1 Co 9:24-27, 2 Ti 2:3-6). Aunque haya momentos difíciles y dificultades, las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera. Los que padecen persecución por causa de la justicia tendrán una gran recompensa en el cielo (Ro 8:18, Mt 5:10-12). También el apóstol Pablo corrió hacia el reino de los cielos hasta el final para recibir el premio de su llamamiento (Fil 3:12-14). Creyendo en las palabras: “Retén lo que tienes”, y: “Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones” (Ap 3:11, 2:26), cumplamos la misión del evangelio hasta el final.

Dios nos ha hecho un solo cuerpo a través del nuevo pacto y nos lleva al eterno reino de los cielos. Dios ha dicho que visitaremos el gran universo y las estrellas en todas las galaxias con Él. ¡Un reino de libertad donde disfrutarán de la gloria por los siglos de los siglos, un reino sin guerras y lleno de amor, un reino donde cada día se crean cosas nuevas y el gozo se desborda! Si quieren vivir en ese reino tan hermoso, deben hacer todo lo posible por ser hallados sin mancha e irreprensibles (2 P 3:6-14). Desde hoy, trabajemos duro en lo que debemos hacer para recibir grandes recompensas, pensando: “¿Qué debo hacer para recibir una gran recompensa?”. Encontremos a todos los miembros de nuestra familia celestial perdida, cuidándolos con amor, sirviéndolos y guiándolos al cielo, para que podamos recibir muchas recompensas que Dios ha preparado para nosotros.