Según las palabras de la profecía

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La Biblia contiene las palabras de la profecía. Dios predeterminó los acontecimientos antes de la creación del mundo y ha estado guiando la obra de la redención como lo profetizó en la Biblia. La vida humana también se desarrolla según la profecía. Si no creemos en las profecías, no podremos ser salvos.

Dios es nuestra luz. A medida que los hijos de la luz están saliendo a todo el mundo, alumbrando la luz de la vida de la Pascua y la luz de la salvación que trajo Cristo Ahnsahnghong, las personas están viniendo de todas partes del mundo. Las profecías “andarán las naciones a tu luz” y “el pequeño vendrá a ser mil, el menor, un pueblo fuerte” (Is 60:1-22) se están cumpliendo. En medio de las innumerables iglesias en todo el mundo, la única en la que se están cumpliendo tales benditas profecías es la Iglesia de Dios, la iglesia que bautiza con el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo e invoca el nombre de Dios Espíritu Santo, el Salvador.

Debemos creer en las palabras de la profecía. Dios dijo que su palabra que salió de su boca nunca volvería a Él vacía, sino que sin falta se cumpliría (Is 55:11). Bienaventurados los que no solo leen y escuchan la Biblia, sino que guardan las palabras escritas en ella (Ap 1:3).

La Biblia sirve como nuestra guía para la salvación, trazando los caminos a la destrucción y la redención. La compasión de Dios por nosotros fue muy grande, porque aunque nuestros pecados merecían la muerte, Él descendió del cielo en forma humana, en cuerpo al igual que nosotros, para enseñarnos el camino al cielo a través de las siete fiestas de tres tiempos, incluyendo la Pascua, la verdad de la vida. Aunque Dios nos ha expiado de nuestros pecados, el arrepentimiento, la obediencia a sus mandamientos y la adherencia al nuevo pacto son esenciales para que alcancemos el cielo. Debemos cultivar un corazón de amor y cumplir con todas las enseñanzas de la Biblia: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”, “estimar a los demás como superiores a uno mismo”, “ser considerados con los demás”, “perseverar”, etc.

Debemos prestar atención a las palabras de Dios y difundir el camino de la salvación. Al igual que la gente presta atención a los pronósticos del tiempo y se prepara para ello, prestar atención a las advertencias puede ayudarnos a superar situaciones difíciles. Los desastres están profetizados en la Biblia, pero Dios nos advierte sobre ellos para ayudarnos a evitarlos. Los verdaderos profetas transmiten fielmente las palabras de Dios sin alterarlas, permitiendo a las personas afrontar los desafíos y encontrar la salvación.

Está escrito que la luz de la salvación brilla sobre aquellos que creen en el nombre de Dios y le temen. La Pascua, el sello de Dios, sirve como una cura para los desastres (Mal 4:1-3, Ap 7:1-3, Jn 6:27). Al guardar la Pascua del nuevo pacto, Dios está dentro de nosotros. Aunque llegue un desastre, verá la sangre y la carne de Dios dentro de nosotros y pasará por encima. La profecía de Dios de otorgar el eterno reino de los cielos, un cielo nuevo y una tierra nueva, a los que permanecen fieles a su promesa se cumplirá sin falta (2 P 3:10-13).

Hemos llegado a la verdad, creyendo en las palabras de la profecía que nos prometen la vida eterna y la entrada en el cielo. Debemos prepararnos para la salvación y predicar la Pascua, el pan de vida, a las personas que están muriendo por los desastres (Mt 24:37-44, Ez 3:17-19). ¿No deberían ellos también estar listos para la salvación si compartimos con ellos pronto al menos una palabra de la verdad de vida?

Sion es el lugar donde Dios concede el alimento de vida, el pan y el vino de la Pascua. Llamemos urgentemente a las personas para que vengan a Sion sin detenerse (Jer 4:5-6). La Biblia testifica que aquellos que guían a muchas personas al lado de Dios serán recompensados y brillarán como las estrellas en el reino de los cielos (Dn 12:1-3). Nadie puede quitarles esa gloria. Oro fervientemente para que se conviertan en verdaderos profetas, guiando numerosas almas al reino de los cielos, donde resplandecerán eternamente.