En Apocalipsis 19:7, ¿la “Esposa del Cordero” no es la iglesia (los santos)?

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El término “Esposa del Cordero” en Apocalipsis 19 indica a la Madre celestial. Sin embargo, hay quienes sostienen que se refiere a la iglesia (santos).

“Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado.” Ap 19:7

La Esposa y los que son llamados en Apocalipsis 19

En el banquete de bodas celestial descrito en Apocalipsis 19, están el novio, la novia y los invitados que participan en el banquete de bodas.

“Entonces el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero.” Ap 19:9

Puesto que se les llama “los que son llamados”, no se les puede identificar como el novio y la novia. Se debe a que el papel del novio y la novia es extender invitaciones a sus invitados, no a sí mismos. Por tanto, queda claro que la novia y los invitados son entidades distintas.

Si la novia representara a los santos, ¿quiénes serían los invitados? La verdad es que los invitados son los santos que recibirán la bendición de la vida eterna. Por lo tanto, en Apocalipsis 19:7, la Esposa del Cordero no indica a los santos, sino a la Madre celestial, la Salvadora que invita a los santos y les otorga bendiciones.

La parábola de Jesús sobre el banquete de bodas celestial

En la parábola del banquete de bodas celestial que narró Jesús, los santos son constantemente representados como “los que son llamados” (los invitados), no como la novia.

“El reino de los cielos es semejante a un rey que hizo fiesta de bodas a su hijo; […] y las bodas fueron llenas de convidados. Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda. Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Mas él enmudeció. […] Porque muchos son llamados, y pocos escogidos.” Mt 22:1-14

En esta parábola, el hijo del rey representa a Jesús, que vino como el Hijo de Dios. En cuanto a los convidados que son invitados, representan a los santos, como lo indica el término “escogidos”. En otra parábola, Jesús comparó a los santos con los invitados al banquete de bodas.

“Y los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunaban; y vinieron, y le dijeron: ¿Por qué los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunan, y tus discípulos no ayunan? Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas ayunar mientras está con ellos el esposo? Entre tanto que tienen consigo al esposo, no pueden ayunar. Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces en aquellos días ayunarán.” Mr 2:18-20

Cuando algunas personas le preguntaron por qué sus discípulos no ayunaban, Jesús respondió que los invitados al banquete de bodas no podían ayunar mientras el esposo estuviera con ellos. Implica que los discípulos de Jesús eran los invitados al banquete de bodas. En esencia, Jesús comparó a los santos con los invitados al banquete de bodas, no con la novia.

Por lo tanto, en el banquete de bodas celestial, la Esposa del Cordero, la novia, no representa a la iglesia (los santos), sino a la Madre celestial.