¿Cuáles son las condiciones absolutas para heredar el reino de los cielos?
La historia de la familia de Abraham

1866Views

Isaac, el antepasado de los israelitas, nació de Abraham y Sara como un hijo precioso, cumpliendo la promesa de Dios cuando Abraham tenía cien años. La historia de la obediencia de Abraham al mandato de Dios de ofrecer a Isaac como holocausto es bien conocida por muchos. Más tarde, Isaac se casó con Rebeca y fue padre de Jacob, de quien descienden las doce tribus de Israel.

Isaac, hijo de Abraham y padre de Jacob, alberga una profecía importante en su vida, desconocida para muchos. Esta profecía se refiere al heredero de Dios que heredará el reino de los cielos.

El heredero de Abraham representa al heredero de Dios

La Biblia describe a los santos que serán salvos como “hijos de la promesa como Isaac”.

“Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa.” Ga 4:28

Entre diversos personajes, ¿por qué a menudo se compara a los santos con Isaac? Considerando la condición de Isaac como hijo y heredero de Abraham, comprender la analogía requiere explorar la historia y el significado de la herencia de Abraham en la Biblia. Comencemos examinando la parábola que Jesús relató sobre el hombre rico y Lázaro.

“Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquel, lleno de llagas, y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas. Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí […]” Lc 16:19-24

Cuando Lázaro murió, los ángeles lo llevaron al seno de Abraham. Si somos salvos y entramos en el reino de los cielos, ¿al seno de quién seremos llevados? Al seno de Dios. En el cielo, solo Dios puede ser llamado “Padre”, sin embargo, aquí Abraham fue llamado “Padre”. De esto podemos deducir que Abraham simboliza a Dios en la Biblia.

Por lo tanto, el heredero de Abraham representa al heredero de Dios que heredará el reino de los cielos (Ga 3:29). La historia de la familia de Abraham no es simplemente la historia familiar de una persona, sino que sirve como profecía dilucidando los requisitos para heredar el reino de los cielos.

Tres candidatos a heredero de Abraham: Eliezer, Ismael e Isaac

En el proceso de determinar el heredero de Abraham, surgieron tres candidatos para heredar su patrimonio. El primero fue Eliezer, su siervo; el segundo fue Ismael y el tercero, Isaac. En un principio, como Abraham no tenía hijos, quiso designar heredero a Eliezer, su siervo.

“Y respondió Abram: Señor Jehová, ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo, y el mayordomo de mi casa es ese damasceno Eliezer? […] Luego vino a él palabra de Jehová, diciendo: No te heredará este, sino un hijo tuyo será el que te heredará.” Gn 15:2-4

Dios aclaró que Eliezer no sería el heredero de Abraham, sino que heredaría un hijo nacido de su propio cuerpo. En consecuencia, como siervo, Eliezer quedó descalificado para ser heredero de Abraham. Consideremos ahora al segundo candidato, Ismael.

“Y Agar dio a luz un hijo a Abram, y llamó Abram el nombre del hijo que le dio Agar, Ismael. Era Abram de edad de ochenta y seis años, cuando Agar dio a luz a Ismael.” Gn 16:15-16

Agar era sierva de Sara, la esposa de Abraham (Gn 16:1). En efecto, Ismael nació de Abraham, pero su madre era una esclava. Abraham deseaba heredar su patrimonio a Ismael, su propio hijo. Sin embargo, Dios declaró que Ismael no sería el heredero de Abraham.

“Y dijo Abraham a Dios: Ojalá Ismael viva delante de ti. Respondió Dios: Ciertamente Sara tu mujer te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Isaac; y confirmaré mi pacto con él como pacto perpetuo para sus descendientes después de él.” Gn 17:18-19

En efecto, Ismael nació de Abraham, pero esa condición por sí sola no era suficiente. Dios estipuló que el heredero de Abraham debía nacer de Sara. Así, Isaac, nacido de Sara, la mujer libre, fue elegido heredero de Abraham. Posteriormente, Ismael fue expulsado, mientras que Isaac heredó todos los bienes de Abraham (Gn 21:8-14).

La razón decisiva por la que Isaac se convirtió en heredero

Entre estos tres candidatos, Isaac finalmente recibió la herencia. ¿Cuál fue la razón? Averigüémosla a través de una tabla.

Padre (hombre libre) Madre (mujer libre) Resultado
Eliezer × × ×
Ismael × ×
Isaac

Primero, consideremos a Eliezer. Él no nació del hombre libre Abraham, y su madre no era Sara, la mujer libre. Por lo tanto, no tenía derecho a heredar. Segundo, Ismael, aunque nació del hombre libre Abraham, no podía heredar porque su madre era una esclava. Isaac, nacido de Abraham y Sara, ambos libres, fue el heredero de los bienes de Abraham.

En el antiguo Israel, el hijo mayor normalmente recibía la primogenitura. Si la herencia estuviera determinada únicamente por la línea paterna, Ismael, el hijo mayor, habría sido el heredero. No obstante, fue Isaac el escogido como heredero, lo cual muestra que la línea materna es el factor decisivo en la elección del heredero.

La profecía en la historia de la familia de Abraham

La historia de la familia de Abraham no es una simple historia del pasado sino también una profecía que muestra qué clase de personas podrán entrar en el reino de los cielos. Como se estableció anteriormente, Abraham simboliza al Padre celestial y su heredero simboliza al heredero de Dios que heredará el reino de los cielos. Entonces, ¿cuándo y cómo se cumplirá la profecía contenida en la historia de la familia de Abraham? Se cumple dos veces como “sombra de los bienes venideros” (He 10:1, Ec 3:15).

Primer cumplimiento de la profecía

Primero, se cumplió cuando Jesús vino a esta tierra y estableció el nuevo pacto.

“Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre. […] Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; este es Agar. Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues esta, junto con sus hijos, está en esclavitud. Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre.” Ga 4:22-26

Agar simboliza el antiguo pacto establecido por Moisés en el monte Sinaí, mientras que Sara representa el nuevo pacto establecido por Jesús. Durante ese periodo, los que se aferraron al antiguo pacto, como los judíos, no pudieron ser herederos de Dios. En cambio, fueron los santos que abrazaron el nuevo pacto los que se convirtieron en herederos de Dios. Aunque apareció el nuevo pacto, los que se adhirieron al antiguo pacto fueron como el hijo de Agar, la esclava, y los santos que aceptaron a Jesús y abrazaron el nuevo pacto fueron semejantes a Isaac, el hijo de Sara, la mujer libre.

Segundo cumplimiento de la profecía

Esta profecía no se cumple únicamente en su momento inicial, sino que se cumplirá una vez más durante la segunda venida de Jesús en los últimos días. La Biblia profetiza la segunda venida de Jesús en estos últimos días para salvar a la humanidad (He 9:28), pero no vendrá solo, sino que aparecerá con su Esposa.

“Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.” Ap 22:17

El Espíritu Santo se refiere a Jesús en su segunda venida. Entonces, ¿quién es la Esposa?

“Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero. Y […] me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios” Ap 21:9-10

La desposada, la Esposa del Cordero, es Jerusalén celestial. En la Biblia, aquella que es representada por la Jerusalén celestial es nuestra Madre celestial.

“Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre.” Ga 4:26

Por lo tanto, la Esposa que concede la bendición del agua de la vida, la vida eterna, es identificada como la Jerusalén celestial, que es libre: Dios Madre. Esto significa que en la época cuando aparecen el Espíritu Santo y la Esposa, uno no puede heredar el reino de Dios únicamente creyendo en Dios Padre. Así como Isaac, el hijo de Abraham y Sara, heredó el legado de Abraham, los que creen en Dios Padre y en Dios Madre se convierten en herederos del reino de Dios (Lc 16:22-24, Ga 4:26).

“Hijos de la promesa como Isaac”

En esta época, para heredar el reino de los cielos, debemos convertirnos en hijos de la Madre celestial, que es libre. Por esa razón, la Biblia testifica que somos hijos de la promesa como Isaac.

“Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa.” Ga 4:28

Isaac obtuvo su herencia a través de su madre Sara, que era la mujer libre. De manera similar, en los tiempos del Nuevo Testamento, los santos reciben la herencia de Dios a través de la Madre celestial. Sin ser hijos de la Madre celestial, no podemos convertirnos en herederos de Dios.

“Mas ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre. De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre.” Ga 4:30-31

Ismael, el hijo de Agar, no pudo heredar las bendiciones de Abraham y fue expulsado de su familia. La Biblia declara explícitamente que incluso en los últimos días, el “hijo de la esclava” no participará en la herencia de Dios. En la época en la que han aparecido el Espíritu Santo y la Esposa, si afirmamos que solo existe Dios Padre y negamos a Dios Madre, seremos como el hijo de la esclava Agar y no podremos heredar el reino de los cielos. Recibamos a Dios Madre y convirtámonos verdaderamente en “hijos de la promesa como Isaac”, entrando así en el eterno reino de los cielos.