- “Habiendo preparado su recompensa, Dios dijo que pagará a cada uno según sean sus obras”.
- Dios dijo: “¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian buenas nuevas!”.
- “¡Cuán hermosos son los pies de los que van a salvar a los que están destinados a morir! ¿Cuánto ama Dios a los que llevan a cabo la misión de guiar al cielo a un alma destinada al castigo del infierno?”.
- “Desde hoy, trabajemos duro en lo que debemos hacer para recibir grandes recompensas, pensando: ¿Qué debo hacer para recibir una gran recompensa”.
“Habiendo preparado su recompensa, Dios dijo que pagará a cada uno según sean sus obras”.
Todos serán recompensados cuando vayan al cielo. Es algo alegre recibir un premio. Aquellos que trabajan duro son premiados. Habiendo preparado su recompensa, Dios dijo que pagará a cada uno según sean sus obras.
“He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.” Ap 22:12
Hay muchos tipos de premios en este mundo. ¿Cuántos premios más habrá en el infinito y vasto reino de los cielos? Dios lo premiará por la obediencia como Noé y por la perseverancia como Moisés. Él también le dará un premio por la fe como Abraham, un premio por conocer el valor de las bendiciones como Jacob, un premio por la valentía como David y un premio por la sabiduría como Salomón. Un premio por ser guerrero como Gedeón, un premio por la fe determinada como los tres amigos de Daniel, un premio por el coraje como Josué, un premio por la lealtad como Pedro, un premio por la pasión como el apóstol Pablo, un premio por los frutos, un premio por la humildad, un premio por la piedad, un premio por la consideración, un premio por el orden, un premio por la limpieza, un premio por el servicio, un premio por el amor, etc. Dios dará innumerables recompensas. Está escrito que nadie perderá su recompensa, aunque sirvan a los predicadores tan solo un vaso de agua fría. ¡Qué grande será la recompensa que Dios dará a los hijos de Sion que han trabajado con Él para el evangelio!
De la palabra de la Madre: “Grande es su recompensa en el cielo”
Dios dijo: “¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian buenas nuevas!”.
Compartamos las bendiciones que han venido sobre Sion con muchas personas para que puedan venir a la salvación. La vida es como la niebla y el rocío de la mañana que se desvanece, pero mientras vivamos en esta tierra, debemos creer en Dios y prepararnos para la salvación. Si no lo proclamamos, ¿quién escuchará este maravilloso mensaje de salvación? ¿Y cómo entrarán en Sion?
“Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; oirás, pues, tú la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte.” Ez 3:17
Tenemos la responsabilidad de despertarlos de parte de Dios. Si vienen o no depende de sus pensamientos, pero debemos cumplir con nuestra responsabilidad. Dios dijo: “Cuán hermosos son los pies de los que anuncian buenas nuevas” (Ro 10:13-15).
De la palabra de la Madre: “Todas las naciones encuentran el camino de la salvación en Sion”
“¡Cuán hermosos son los pies de los que van a salvar a los que están destinados a morir! ¿Cuánto ama Dios a los que llevan a cabo la misión de guiar al cielo a un alma destinada al castigo del infierno?”.
Las dificultades siempre acompañan nuestra obra del evangelio. Sin embargo, tales dificultades son consideradas como buenos sufrimientos, ya que al final nos conducen a recibir la gloria del cielo. Brilla el nombre de aquel que soporta las dificultades mientras hace buenas obras. Aquellos que van a Samaria y hasta lo último de la tierra para encontrar a los perdidos y difundir el evangelio son los activistas de la independencia espiritual, que restaurarán el reino de los cielos.
¡Cuán hermosos son los pies de los que van a salvar a los que están destinados a morir! ¿Cuánto ama Dios a los que llevan a cabo la misión de guiar al cielo a un alma destinada al castigo del infierno? Es por eso que Dios dijo que los haría sacerdotes reales. En el reino de los cielos, donde siempre se crean cosas nuevas, nunca se cansarán de esto, aunque vivan para siempre. Esfuércense por entrar en el cielo, donde cenarán con Dios en la misma mesa en medio de la celebración continua en las galaxias.
“para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel.” Lc 22:30
De la palabra de la Madre: “Deben renacer para entrar en el reino de los cielos”
“Desde hoy, trabajemos duro en lo que debemos hacer para recibir grandes recompensas, pensando: ¿Qué debo hacer para recibir una gran recompensa”.
Dios nos ha hecho un solo cuerpo a través del nuevo pacto y nos lleva al eterno reino de los cielos. Dios ha dicho que visitaremos el gran universo y las estrellas en todas las galaxias con Él. ¡Un reino de libertad donde disfrutarán de la gloria por los siglos de los siglos, un reino sin guerras y lleno de amor, un reino donde cada día se crean cosas nuevas y el gozo se desborda! Si quieren vivir en ese reino tan hermoso, deben hacer todo lo posible por ser hallados sin mancha e irreprensibles.
“Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia. Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz.” 2 P 3:6-14
Desde hoy, trabajemos duro en lo que debemos hacer para recibir grandes recompensas, pensando: “¿Qué debo hacer para recibir una gran recompensa?”. Encontremos a todos los miembros de nuestra familia celestial perdida, cuidándolos con amor, sirviéndolos y guiándolos al cielo, para que podamos recibir muchas recompensas que Dios ha preparado para nosotros.
De la palabra de la Madre: “Grande es su recompensa en el cielo”